Entradas

Mostrando entradas de enero, 2016

HERMOSA LA VIDA

Hermosa la vida, pero no hermosa la realidad que esta nos ofrece. Es hermosa la libertad, pero la libertad que la gente te vende viene con cadenas; viene con botellas y humo gris, humo que te rodea el cuello y te relaja el alma.  Es hermosa la idea de la alegría, esa sensación que te desata, y te ofrece mil caminos nuevos, todos equivocados si confundes la alegría con la locura, la dependencia ciega del amor, que nos engaña y se ríe de nosotros a nuestras espaldas, espaldas de acero.  Me he asustado al pensar en la falta de control, en que mi piel dejo de ser mía y se dejo llevar por el deseo incontrolable del cuerpo. No podía dejar de pensar en que sería de mi sin ese control, en que sería de mi sin mis normas mentales; no podía dejar de pensar, mientras daba vueltas en la cama y me dejaba consumir por la confusión, en todo lo que mi cabeza había olvidado aquellas horas con una botella en la mano. Me pregunté como mi cuerpo había soportado tan poco aquel susurro que solo hacia que

MI REALIDAD, AQUELLA QUE DESTRUYE Y ACUNA

Tengo miedo. Miedo del sí, del no. Tengo miedo del después, del antes. Tengo miedo de que salga bien, de que salga mal. Tengo miedo de muchas, demasiadas cosas para un corazón tan pequeño. Mi realidad es que he tenido miedo de todo aquello que no podía controlar, de todo aquello que implicaba una posible ruina en mi interior, en el interior de los demás. No se como empezó, ni cuando, ni por que, pero siempre estuvo. Me mantenía alerta, pero al mismo tiempo me destruía. Me destruía en silenció, poco a poco; apenas notaba el dolor hasta que no llegaba la noche. Entonces dejaba caer una lágrima detrás de otra, y me preguntaba que había hecho mal, que demonio se había encaprichado de mi, por que no me dejaba en paz de una vez y mataba a otra. La realidad es que ningún demonio se había encaprichado de mi, sino al revés, yo me había encaprichado de aquel demonio que, a pesar de ahogarme, me aportaba una seguridad que no había encontrado en la vida. La realidad de mi mente era aquella