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Mis ojos sucumben al sentir hermoso de tus labios. Me voy a quedar sin espacio para otra cosa que no sea tu amor. Me dormiré en la yema de tus dedos; respirare en ese espíritu que acuna al duro invierno. Me perderé, si no te importa, en la ternura de tus brazos. Me perderé, si quieres, en el mar de tu mirada. Voy a soñar con esa canción nuestra que escuche mientras dormías. He estado pensando en cómo besarte sin causar dolor; en cómo abrazarte sin tener que pensar en normas ni prohibiciones. Mis cicatrices ahora gritaran, lloraran y se quejaran por la angustia que el tiempo les causa. No quiero perder tiempo. Cuanta perdida en tan poco espacio. Y tu, que alivias esa agonía, ese miedo... Pero sigo perdiendo, sigo pensando que no hay camino más del camino que hago sin saber. Esta bien. Las lágrimas que me queman no llegan hasta mi alma. Pero oigo el crujido del cuerpo, cuerpo débil y humillado por la pesadez del mundo, de las personas. Oh cuerpo mio, ¿Como tan débil?

Encontraremos una manera de avanzar; de encontrarnos a pesar de que el camino se oscurezca por momentos. Siempre habrá una luz, una esperanza, una oportunidad. Siempre habrá una manera, una esperanza, una ilusión. Dejaremos atrás las penas, las lágrimas de dolor, los llantos que desgarran, las heridas que no sanan. Dejaremos atrás todo aquello que no nos hace felices; todo aquello que nos impide ver el mundo con esos colores de los cuales siempre hablan los poetas. Nos dejaremos amar, sanar, cuidar. Nos dejaremos besar; nos dejaremos perdonar. Seremos inmortales; inmortales porque no hay manera de que nuestras almas mueran; solo hacen que buscar nuevas aventuras, dejando atrás aquellas malas experiencias, transformándolas en lecciones de vida. No existen los errores, por qué todo lo que pasa tenía que pasar para hacernos mejores, para despedirnos, advertirnos o transformarnos.

Me siento como aquellos pájaros de los cuentos, solitarios a pesar de necesitar compañía. No quiero perderme en este mar de malos pensamientos; quiero amarte, y que me ames incondicionalmente. No quiero atarme a este sentimiento de perdida, no quiero que me mires y creas no conocerme. No quiero mirarte y no confiar en tus palabras. No lo hago; simplemente no confio en la otra gente. Tengo ganas de llorar y abrazarte. Tengo ganas de consumirme con tu aroma, unirme con tu cuerpo. Quiero relajar mis labios con los tuyos; quiero olvidar este miedo que crece en mi para contigo. No quiero arrastrarte a mi oscuridad, no quiero que te aspire el alma. Tengo miedo. Tu perdida me aterra, y el mundo lo ignora.

No seremos esas mujeres. No seremos esos hombres. Sentiremos dolor, sentiremos miedo, dudas y angustias. Sentiremos vergüenza, pudor. Sentiremos amor, ternura y calidez. Sentiremos la piel del otro, sus cicatrices, sus curvas, sus sonrisas. No seremos esas mujeres y hombres  porque nosotrxs somos reales; porque nosotrxs amamos aún y negarnoslo, aún y reprimirnoslo. No seremos más de lo que la naturaleza puede hacer con nosotros. Seremos latidos, suspiros, vientos fríos, calentados por los besos que nos dan aquellos que saben amar. Seremos lluvia, tormentas y huracanes en mares pacíficos. Seremos exageraciones, hipérboles cultamente dicho. Seremos la mezcla insensata de sentidos. No seremos aquellos primeros hombres ni aquellas primera mujeres que no sabían ser personas. No seremos maquinas orgasmicas, incapaces de sentir la piel del otro sin tocarla; no seremos un juego de placer. No seremos mentiras ni verdades. Solo seremos polvo, polvo a punto de ser cenizas. Todo nos parecerá etern

Tendemos a olvidar; a olvidar aquel dolor que se siente cuando se ama. Somos como vírgenes flores en primavera, bellas; somos como el viento del sur, cálido; somos como aquellas montañas a lo lejos, infinitas; somos como dos pájaros, juntos pero libres. Bailo y bailare entre todo lo que se dicen nuestras miradas. Bailo y bailare con tus besos, con tus suspiros; y bailo con tu ausencia. Bailo cuando me siento melancólica. Recuerdo el dolor que se siente al sentir amor; un dolor pasivo. Quiero pensar que es bueno ese amor... de otra forma me ahogare en mis lágrimas, ya que son tuyas; igual que las tuyas son mías. Igual que mi cuerpo es tuyo, y tu cuerpo en mío. Canto todo esto que no te digo; todo lo que me parece oscuro de contar; de compartir. Porque somos iguales; los dos frías rocas en un mar de pájaros demasiado abiertos al dolor. Me quedo inmóvil viéndote respirar, escuchándote soñar. Y suplico, por favor, le ruego a quien sea que domine mis días, que no se acabe nunca, que