Te echo de menos. Claro que lo hago... han sido muchos días a tu lado. Hoy pensaba en el amor. Pensaba en como sigo creyendo la belleza de tu cara y la profundidad de tu sonrisa. En como sigo creyendo en tu inmenso corazón; en como sigo viendo la bondad en tu mirada. Sigo sintiendo y teniendo cada memoria vivida contigo. Sigo pensando en ti. Pensaba en como podemos dejar de amar a alguien y seguir fascinados por su carácter. Es la verdad; la pura verdad, que sigo con dudas. Pero ya no se sobre que dudo ni de quien. Necesito estar sola pero... no siempre. Pero no puedo pedirte que me esperes; no seria justo para ti; y ahí afuera hay miles de flores que se moriran por ti; por tu sonrisa; y yo debo encontrar otra sonrisa que me enamore; y que haga brillar mi mirada. Quiero sentirme bien. Quiero ser yo misma en todos los sentidos posibles; quiero quererme, amarme, respetarme; valorarme, cuidarme. Sentirme. Y el pensamiento siempre acaba en el mismo lugar: Yo. Yo pensando en lo q...
A veces se necesita tiempo, ver el mundo de otro color; de gris, un gris muy oscuro. A veces se necesita distancia, meses de silencio y algún que otro encuentro imprevisto que nos haga sonreír. A veces se necesita ruptura, de algo; del tiempo, del corazón. Se necesita crecer, aprender a estar solx, a construir caminos. A veces se necesitan empujones, romper con la cuerda que nos mantenía a salvo. A veces se necesita empezar de nuevo, cambiar, dejarnos marcar por almas buenas, por almas malas, por almas propias. A veces necesitamos darnos una oportunidad a nosotrxs mismxs. A veces hay que reencontrarse con nuestro Súper Heroe. A veces se necesitan ver recuerdos, beber de las memorias que nos hacían nosotrxs y darnos cuenta de lo mucho que se puede compartir en poco tiempo; en cómo cada sonrisa contaba y en cómo cada mirada era real al tocarse. Y ahí estaba la amistad, guardada, esperando. Y ahí estaba la amistad, esperando el reencuentro. Y tal v...
Un día estaba hablando con mi hermana mayor sobre las debilidades personales, y le expliqué que mi gran adicción, con la que perdía el control absoluto desde bien pequeña, era el chocolate, y que resultaba casi imposible comprar una tableta de este y esperar que llegara entera al final de la semana. Por lo que había decidido, desde bien chiquita, que era mejor no comprar chocolate, no tenerlo en casa y, por tanto, no caer en la tentación de devorarlo en un solo día. Mi hermana me miró curiosa y me preguntó: "Entonces, prefieres privarte del chocolate a gestionar el ansia que te produce, ¿No?". "Por lo que parece sí", le confesé. Y considero que es una de las lecciones más importantes que mi hermana, sin saberlo, me ha dado con una simple pregunta, ya que yo siempre estoy hablando sobre la importancia de la gama de grises a la hora de tomar decisiones, pero la realidad es que siempre estoy, como una pelota de tenis en la pista de juego, entre el blanco y el negro, y...
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