SI TUVIERA LA PIEL DE MARFIL
Si tuviera la piel de marfil no tendría miedo a romperme; sería fácil descuartizar la superficie blanca y engancharme así al acto de destruirme sin temer por el dolor.
Sería la
primera en sucumbir… en caer al extraño placer triste de esta ruina.
Pero seguro que querría volver a mi piel suave, delicada, frágil y
llena de posibles dolores humanos. Querría volver a mis raíces de carne porque
con el marfil no podría sentir el placer carnal de un cuerpo ajeno ni los besos
suaves que este pecado me ofrece.
Volvería a mi piel frágil porque las cicatrices no sé abandonan, sino
que se cuidan cual flor en Primavera; como un retoño que asustado del Invierno insiste
en quedarse durmiendo.
No temas pequeña… yo seré tu Verano.
Por lo que renuncio así al marfil inmortal que me permitiría curar
mis heridas y acepto pues la humanidad de mi cuerpo que se rompe, se pudre y
desaparece.
Lo acepto. Es mío.
P.D.:20/10/2016
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