AL SON DE LAS PALMADAS
Al son de las palmadas me quedo vacía y creo recordar tu mano con la mía y tu susurro en mi nuca que me hacía estremecer de los nervios en la cama. Al son de tu pasos que me marcan el camino me quedo quieta a la espera de tus ojitos verdes que me miran con carita de santo que con soltura me han engañado y me han hecho quererte. Y me rezo con desconfianza buscando mi piel morena que ya se me ha quedado blanca y me quiere quitar la identidad; y entre esclavos de sangre y vampiros diurnos me hago caer en tus sabanas y me olvido del dolor de la noche y con música de calle me inspiro y te digo que con un poco de fe se puede volar. Quedándome quieta aquí te observo mientras bailas y entre ángeles sin alas yo me quiero hacer fuego; cenizas después de poderte besar. Mucho pecado me han dicho que hay en las calles, y aún así quiero salir a enfrentarlo, porque mis puños se han bañado de arcilla y de la tierra nace mi fuerza. Y ahora espero paciente a un demonio alado que me lleve al cielo y...