FELICIDAD
Felicidad, sigo esperando: sigo esperando algo, algún momento
que me haga olvidar el dolor, la tristeza y el malestar que no se me quitan de
la cabeza. Sigo esperando algún momento de éxtasis máximo que se le parezca a
un orgasmo sin tener que ser un orgasmo exclusivamente.
Sigo esperando que aparezcas y me quites esta cara de
soledad, de fe perdida.
Pero una parte de mi sabe que aún y que aparecieras mil
veces, cuando acabases, volvería a pensar en la muerte, en sus
derivados, en escribirte de nuevo, en ser gato y volver a pasarme un día entero
en la cama durmiendo, con demasiado tiempo para pensar; con demasiado tiempo
para mi misma pensándote, a ti, ausente, Felicidad.
Porque no sé que eres, no sé si eres una ilusión, una idea,
un momento, un ratito o un estado mental; pero ya no me importa lo que puedas
ser o lo que yo quiero que seas, te necesito; necesito algo bonito, algo feliz
que me haga sonreír o reír de nuevo de aquella manera en la que se te sale el
corazón del pecho y quieres, y sabes que podrías, morir de ti.
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