PURAMENTE CENIZA
Al final, todo se reduce a un
puñado de cenizas, pero ya no sé si siguen calientes.
Y esto somos, entre polvo y
sueño, un vacío de algo que llamamos amor y algo que llamamos olvido y lucha
perdida.
Al
final solo ceniza, de la que entre mis manos se aleja con los días y con las
noches de hoguera me pide a gritos un chupito de algún licor que la haga
renacer, así como un beso, un baile, una canción.
Cenizas, hijas de la madera que cuando guiña el ojo te hace sonrojar, y caes, de nuevo, en el extasis;
Lo único que desea es
hacerse quemar… como yo cuando llega el frío, como yo cuando me despisto y sin
querer las páginas vuelven a empezar de cero y volveis a leerme semidesnuda.
Y como ceniza me caliento al
fuego y me dejo mimar, me dejo crecer. A la espera.
Entre
tu llama y lo que queda de la mía que ahora se calma para volver a nacer, me
hago yo misma otra vez una mujer como yo.
... Una y otra vez. Pero ya no sé si estoy ganando o estoy perdiendo.
Y al final, aunque no quiera, me
convierto en ese polvo de plata que vi en tus ojos una vez, hace entre mucho y
poco en un calendario de papel.
Y esto es, puramente ceniza, tu
nombre en mi piel.
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