ARDO
¿Qué se hace con la memoria
cuando te atormenta? ¿Cómo se aísla el pensamiento para poder dormir? Hace
algunos años descubrí que masturbándome mi cuerpo, al llegar al orgasmo, del cansancio
tardaba menos en quedarse dormido. Pero me duró poco el experimento. Ni con
todos los orgasmos del mundo podía acallar mi cabeza, que a veces parecía haber
subido el volumen, sin importarle en absoluto mi estado corporal de cansancio
permanente.
Las ojeras crecían bajo mis ojos
y parecía recién levantada a todas horas. Me dormía mientras leía cosas para la
universidad, o simplemente desconectaba, pensando en lo bien que me iría un
abrazo. Pensando en cuanto echaba de menos la calidez de los brazos rodeándome la
cintura, acercándome a un pecho ajeno, que desprende calor, que desprende nostálgico
desapego.
Tomaba el sol y notaba el ardor
del verano, el ardor de mi piel quemándose quejándose por la sombra; y yo
luchando por silenciar el llanto. Respiraba profundamente y planeaba el tiempo
restante que tenía para empezar a movilizar el día, aunque ya había empezado,
aunque le había dado las buenas mañana, aunque ella me había sonreído con su
alma blanca y me había besado la mejilla; lo mejor de este sitio era ella, sin
duda; y esa terraza, que alumbraba el suelo y la tierra a la vez.
Y no sé porque hablo en pasado si
el tormento, el insomnio y las memorias descontroladas las tengo ahora; si me
masturbo sin imaginación, confundiendo cuerpos, recordando calores, recordando
personas. No sé por qué hablo en pasado si las ojeras las tengo ahora, si
parezco un muerto viviente ahora, si me duermo mientras leo ahora, si anhelo un
abrazo ahora… un abrazo, un beso, alguien. Me regaño sin castigo a menudo. Tengo
que recordar la misión.
No sé por qué hablo en pasado si
las mañana bajo el sol las hago ahora, tostándome, calculando cinco minutos sin
contar apropiadamente, contando mississippis,
quemándome, sí, lo más probable es que las rojeces salgan más adelante. Metáfora.
Ardo.
Comentarios
Publicar un comentario