CATARSIS
Si pudiera ser algún arte seria
el baile. Para olvidarme del cuerpo y sentirme parte de lo que se mueve cuando
me pongo de rodillas y rezo y te hago parte de mi catarsis. Catarsis que se
deshace. Mírame, que sigo aquí de pie fingiendo saber por dónde ir y con qué
pie romper el suelo. Mírame, que nunca me había dejado ver así, que mi corazón
está roto y lo saco igualmente a pasear, ahorcándome por el camino.
Y si pudiera ser cualquier cosa sería destino; el de mis pupilas cuando se abren de nuevo; el de mi piel cuando se cura con tiritas; el de mi garganta que tiembla cuando la emocionan.
Si pudiera ser algún sentimiento
sería el silencio, y me haría contigo marea y barco de papel, y me dejaría caer
en tus manos de arena, que con el agua y el sol se endurecen y no quieren
apretar pero aprietan; y la piel se seca y la piel se rompe.
Y si pudiera ser algún sonido
seria la madrugada, entre las sabanas manchadas de tinta fresca que se hace sombra
y me recuerda como un reloj que da las doce, que tú y yo nos alejamos
inevitablemente como la costa se aleja de mi cuando me acerco. Y no sé que
tengo, tal vez es veneno, algo parecido al acido que mata las plantas de mi
jardín. Este jardín… que pensaba que la lluvia se hacía cargo de él.
Y si pudiera ser un lugar seria
la ropa en el suelo de mi cuarto, que permanece ahí hasta que en algún momento
me dé un venazo y la recoja; pero mientras, quita el frío del espacio vacío
cuando te vas.
Ven y llénalo de luz.
Ven y ponle música, o risa, o humo.
Y si pudiera ser algún deseo
sería colores; que te manchen, que te remuevan por dentro y te hagan despertar
de esa realidad que no te dejaba respirar cuando intentabas mirarme de frente. Mírame
joder, que te estoy pidiendo espacio reducido a dos centímetros; que de tu boca
a mi boca hay un espacio estrecho y quiero que deje de ser espacio y se
convierta en olvido. Mírame, que he dejado de contar por ti. Que he dejado de
correr por ti. Que he dejado de suspirar por aquello que no tenía fuerza dentro
de mí.
Que si pudiera ser un recuerdo
sería el vaho que se mezcla con las luces de las ciudades cuando nieva; y seria
niebla, para que no me vieras irme; para que no me vieras llorar. Y si fuera niebla
sería viento, y si fuera viento no me volveríais a ver. Y no me arrepentiría de
correr. Y si fuera flor me haría crecer con las raíces en el cielo.
Y si fuera
algo importante sería alguna nueva idea en la mente de alguna niña llena de
caos; alguna niña como yo, que se pudre y renace con frecuencia, y le cuesta
llorar y se le arruga el pecho y se agarra el estómago con las manos y mira al
cielo y reza por otro cuerpo más bello, por otra mente más rápida, por otros
ojos que hayan visto otras cosas.
…
Y si pudiera ser cualquier cosa sería destino; el de mis pupilas cuando se abren de nuevo; el de mi piel cuando se cura con tiritas; el de mi garganta que tiembla cuando la emocionan.
Y si pudiera ser cualquier cosa
lo volvería a ser todo de nuevo.
¿Te apuntas?
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