TU FIN
A veces creo no tener fin. Me pesa mi odio y me pesa mi verdad. Incluso he empezado a notar piedras en mis pulmones, que ha falta de agua fresca me piden una rendija de aire por la cual volver a sentirse parte del río.
Pero yo de ríos no sé nada,
y de aguas dulces tampoco.
Hay veces que bailar nos salva.
Hay veces que besar nos salva, que abrazar nos salva, que llorar nos salva, que escucharnos nos salva;
que rendirnos nos salva. Rendirnos y de rodillas aprender a dejar ir lo que no supo venir sin prejuicios.
Me gustaría llenarme eternamente de besos en la nuca, de temblores, de vestidos de flores y tatuajes;
de risas en sofás de lavandería, de mojitos bebidos en ollas de cocina, de despertares que siempre sacan sonrisas; del recuerdo de mi madre diciéndome: "pasar tiempo contigo ya es un regalo".
Quiero llenarme de nuevas maneras de ser yo misma, todas validas y sin peajes.
Quiero llenarme de libertad dentro de la cabeza; dejar de ser tan pájara y aceptar mis bigotes de gata.
Comentarios
Publicar un comentario