Desenamorarse es un proceso lento que se digiere a puñetazos. Desenamorarse es tenerle cerca y escucharle reír y que el dolor se haga cada vez más ameno y soportable; que su voz ya no sea un recuerdo amargo que te recuerde que ya no habla ni canta para ti. Desenamorarse es aceptar que las polillas ya no enloquecen ni pierden el control cuando le tienes cerca; que le ves como algo que fue y que pudo ser, pero no como algo que es en el presente.
MEJOR FINAL
Y con todos los días que llevo contados me desvanezco en el recuerdo de unos años llenos de ellxs. Años calados en huesos de piedra que poco a poco han ido tornando en flores de lirio. Y pienso, mientras os miro, que no podría haber mejor destino, mejor final, mejor comienzo.
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