20/1
Una chica se tiró a las vías del tren el 20 de enero. Dejó la mochila en el suelo y cuando el tren se acercaba, se lanzó. Yo llegué cuando la estampida de personas corría y gritaba subiendo las escaleras; corrían de lo que no les podía perseguir, pero aun así, corrían. Y siguieron corriendo hasta que recordaron que debían llegar a casa. Había una mujer sentada en un banco, llorando, en la parte de arriba de la estación. Me senté a su lado y le ofrecí un pañuelo. Estaba hablando por teléfono, pero se detuvo para darme las gracias. Cuando colgó le pregunté si necesitaba algo, y me dijo que lo había visto de frente. Supongo que lo que necesitaba era decirlo en voz alta, como cuando yo dije que mi hermano había abusado de mí, y supe cómo volver a respirar. La imagen que me describió era esa, una chica de cabellos largos dejando la mochila en el suelo y tirándose a las vías. "Ha sido como estar en una película", dijo con el llanto en la garganta y la mirada perdida entre mi...