Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2018

SI TUVIERA LA PIEL DE MARFIL

Si tuviera la piel de marfil no tendría miedo a romperme; sería fácil descuartizar la superficie blanca y engancharme así al acto de destruirme sin temer por el dolor.                    Sería la primera en sucumbir… en caer al extraño placer triste de esta ruina.  Pero seguro que querría volver a mi piel suave, delicada, frágil y llena de posibles dolores humanos. Querría volver a mis raíces de carne porque con el marfil no podría sentir el placer carnal de un cuerpo ajeno ni los besos suaves que este pecado me ofrece. Volvería a mi piel frágil porque las cicatrices no sé abandonan, sino que se cuidan cual flor en Primavera; como un retoño que asustado del Invierno insiste en quedarse durmiendo.  No temas pequeña… yo seré tu Verano. Por lo que renuncio así al marfil inmortal que me permitiría curar mis heridas y acepto pues la humanidad de mi cuerpo que se rompe, se pudre y desaparece. Lo acepto. Es mío. P.D.:20/10/2016 

GRACIAS

A veces se necesita tiempo, ver el mundo de otro color; de gris, un gris muy oscuro. A veces se necesita distancia, meses de silencio y algún que otro encuentro imprevisto que nos haga sonreír. A veces se necesita ruptura, de algo; del tiempo, del corazón. Se necesita crecer, aprender a estar solx, a construir caminos.  A veces se necesitan empujones, romper con la cuerda que nos mantenía a salvo.  A veces se necesita empezar de nuevo, cambiar, dejarnos marcar por almas buenas, por almas malas, por almas propias. A veces necesitamos darnos una oportunidad a nosotrxs mismxs.  A veces hay que reencontrarse con nuestro Súper Heroe. A veces se necesitan ver recuerdos, beber de las memorias que nos hacían nosotrxs y darnos cuenta de lo mucho que se puede compartir en poco tiempo; en cómo cada sonrisa contaba y en cómo cada mirada era real al tocarse.  Y ahí estaba la amistad, guardada, esperando. Y ahí estaba la amistad, esperando el reencuentro. Y tal vez hace falta silen

LOS AMORES

Los amores se pierden; se desvanecen o se quedan dormidos. Los amores de olvidan, se reencuentran o se dan por vencidos. Los amores de conquistan, se luchan, se ganan. Los amores se nacen, se mueren oo s hacen a ellos mismos renacer. E ser humano actúa bien cuando actua con amor, yy n hay mejor amor que este, el tuyo, el propio; y no hay mejor amor que mirarte a los ojos hasta quedarte llorando, lloviendote por dentro. No hay mejor amor que el ver lo que eres, darte cuenta de todo lo que vales. Por eso digo que los amores se reencuentran: con otros, con ellos. Contigo. Los amores se consumen, se guardan, se cuidan. Los amores se despiden y se vuelven a unir. Los amores cambian, y está bien que lo hagan. Los amores son, por lo que quiero creer y necesito integrar, todo aquello que te hace ser piel, tormenta, flor, canción, silencio y ser.

SER TÚ

Puedo dejar de ser tú y tú puedes dejar de ser yo a finales de esta semana. No sé cómo y no sé porque querríamos dejarnos de ser pero a veces las personas se dejan… sin más, por amor.  Podemos dejarnos de ver, tal y como hacíamos antes, bajo las sábanas y oscurecer juntos, aunque sea de día y el sol nos derrita cual cera, dormirnos y devorarnos como animales enamorados que racionalizan ante el primer pecado capital: el cuerpo. Y todo se reducirá a una primavera, a un simple orgasmo, a una falda tejana que te volvía locx. Todo se reducirá a un amanecer prematuro y a un beso lleno de algo parecido al éxtasis de una caída. Te reduciré a cenizas y naceremos fénix de nuevo; con una balada simple y corta haciéndonos de hamaca. Todo se reducirá al verano aquel que dejamos de sernos. Que dejamos de entendernos como lo hacíamos antes. No sé cómo y no sé porqué querríamos dejarnos de entender, pero a veces la gente se pierde en brazos ajenos y miradas extrañas, y todo aquello que