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Mostrando entradas de junio, 2022

Chocolate

Un día estaba hablando con mi hermana mayor sobre las debilidades personales, y le expliqué que mi gran adicción, con la que perdía el control absoluto desde bien pequeña, era el chocolate, y que resultaba casi imposible comprar una tableta de este y esperar que llegara entera al final de la semana. Por lo que había decidido, desde bien chiquita, que era mejor no comprar chocolate, no tenerlo en casa y, por tanto, no caer en la tentación de devorarlo en un solo día. Mi hermana me miró curiosa y me preguntó: "Entonces, prefieres privarte del chocolate a gestionar el ansia que te produce, ¿No?". "Por lo que parece sí", le confesé.  Y considero que es una de las lecciones más importantes que mi hermana, sin saberlo, me ha dado con una simple pregunta, ya que yo siempre estoy hablando sobre la importancia de la gama de grises a la hora de tomar decisiones, pero la realidad es que siempre estoy, como una pelota de tenis en la pista de juego, entre el blanco y el negro, y
A veces soy yo, y otras me convierto en una piscina de agua salada de donde voy recogiendo, como si fueran náufragos, los pensamientos ajenos que me han construido a lo largo de los años. Y no es que sea joven o esté perdida, sino que ha habido millones de canales de donde malinterpretar información.  Cuando un día por fin me despierto y lo veo todo casi claro, me doy cuenta de que estoy infestada de prejuicios, estereotipos y expectativas que me han estado alimentando como a una cachorra hambrienta todo este tiempo, y que existen múltiples manuales hablándote de cómo destruirte, pero muy poco explicándote como sanarte. 

CORAZÓN PALPABLE

Hay personas que llegan al fondo de ti de una manera diferente y especial. Son personas que no te esperabas encontrar; personas que te prenden y te viven, y que, tal vez, ya conocías de otras vidas.  Me he preguntado más veces de las que debería si me valió la pena abrirme así como lo hice; si me valió la pena arder como me dejé arder; y siempre llego a la misma conclusión después de ver que ahora mi corazón quiere sentir pa' fuera: Sí, sí me valió la pena sentir así y conocer la dimensión de mi cariño, la dimensión de mi querer. Sí me valió la pena porque ahora deseo más y deseo mejor, porque no tiene valor la vida sin sentir este fuego arrasándome entera.  A veces te reencuentras con personas que tienes que aprender a soltar y entender que vuestro cruz, probablemente, no estaba destinado a durar más de lo que duró para enseñaros a despediros de nuevo.  Así que desde aquí te digo "Hola", y "Ves volando hacía donde te palpite el corazón". 

Mi madre me acostumbró a buscar las palabras que no conocía en el diccionario

A lo largo de mi vida me he dado cuenta de que soy una persona con capacidad para generar teorías que me mantienen con los pies en el suelo. Algunas de ellas son que cuando estás dentro del agua no estás mojada, o que el moreno se te va yendo con cada ducha que te das, o que si te quemas (esta me daba mucho miedo de chiquita) y después se te pela la piel, tal vez se te pelan también las pecas. Teorías como que si duermes encima del edredón en verano sudas más, que si tiras aquello que no es tuyo al día siguiente te lo reclaman, teorías que dicen que después de una noche bailando o follando te despiertas siempre más guapa; teorías que dicen que en algún momento, sin darme yo cuenta y en contra de mi voluntad, la tinta de mis tatuajes se caerá a trozos de mi piel, y me quedaré desnuda. Teorías tales como que en primavera, cuando aparecen mariposas, dado a mi nombre [Alba], se me acercan porque quiere decir "un nuevo amanecer" (esta teoría en realidad es de mi madre, me la he ap