Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2020

CELOS

A mi los celos se me comen por dentro; son como las termitas, que me devoran el pecho poco a poco y sin compasión alguna me hieren y me hacen pequeña. Tan pequeña, que a veces dudo de estar siquiera presente.  Me agotan y me hacen dudar de todo; de mi valor y de del amor de los demás para conmigo.  ¿Vale la pena esto? ¿Por qué siento este dolor, esta angustia, esta agonía interna? ¿Me sigue queriendo? ¿Me echa de menos? ¿Habrá encontrado otro cuerpo con el que pasar la semana? ¿Aquel cuerpo es mejor que el mío? ¿Por qué desea siquiera otro cuerpo? ¿Lo deseo yo?  Me devora. Me asfixia. No cesa; no cesa aunque lo pida, aunque lo suplique, aunque empiece a tener malos sueños que me retienen y me despiertan de golpe y me encuentro quedándome sin aire. Sin aire...  A mi los celos me hunden. 

GUSTAR

 Este deseo de gustar, ¿Tú también lo tienes?  A mi a veces me pasa que quiero que me miren y me deseen constantemente, como si creyera querer ser una musa para la mirada masculina. Mi subconsciente lo tiene tan interiorizado, tan mamado y normalizado, que aunque pueda tener cero interés por aquella persona (normalmente hombres cis), nace de mi una necesidad ridícula de agradar. Mi comportamiento cambia; así como mis gestos, mi mirada, y tal vez incluso el timbre de la voz. Mis ojos se llenan de posesión y compito, sin darme cuenta, contra las otras chicas a mi alrededor, aunque las ame con locura, crece y se desarrolla en mi una sensación de vacío; y quiero ser lo que más quieran ellos, lo que les mantenga vivos. Las otras mujeres son veneno y tengo que ser mejor... y es agotador para la cabeza y para el corazón.  Este comportamiento de pava , ¿Tú también lo tienes delante de los hombres? Yo creía que lo tenia todo superado y resulta que sigue asomándose aquella niña herida, pequeña y

TRAUMA

Miley Cyrus ha escrito una canción en la que en un momento canta: " I was born to run, I don't belong to anyone ". La escuché y me enamoré al instante; porque aunque yo no nací para correr, he estado corriendo, sin darme cuenta y a veces medio dormida, por todos los estado posibles de mi vida en los que no sabía como manejar la situación; y cuan más rápido corría más personas dejaba atrás, negándome a pertenecer a este espacio tiempo y a las personas que habitaban en él.  Él me hizo correr primero, alejando mi infancia de mi por sus avaricias y lujurias, con sus dieciséis velas jugando con mis ocho primaveras y dictando cual era el método a seguir en esta carrera. Años después la rabia y el humo invadieron mi aura y me dediqué a huir como una gacela. Me convencí de ser agua, de ser espejo y de ser cajón donde guardar memorias bastardas; y ahora, poco a poco, me revelo contra el río, contra el mar; y descubro todo el viento escondido que mi alma había estado guardando; vie

NI PURO NI INNATO

Mi pareja y yo hablamos a veces sobre la fe, la religión y el control social. Él es un escéptico empedernido y yo soy estudiantes de antropología, por lo que en ocasiones no nos entendemos y acabamos con dolores de cabeza.  Pero el escepticismo es una creencia más, una fe que se esconde en cualquier religiosidad a la hora de no aceptar la fe ajena. Sea tu preferencia la cristiandad, el islam o la ciencia (por poner tres ejemplos conocidos), a todxs nos gusta creer en algo para no sentir que caemos a ciegas sobre la incertidumbre; y nada es neutro, ni objetivo, ni puro, ni innato.  Embaucado por la dopamina,   serotonina y oxitocina , dijo que, en lo que sí creía, era en nosotrxs. Y esa... esa sí que es una creencia efímera y peligrosa; llena de huecos, agujeros y grietas que la piel cultiva pasadas las experiencias. Creer en las personas es el mayor acto de fe y de valentía que, en los tiempos que corren, se puede hacer. Dejarse enamorar con todo el porcentaje cerebral que tenemos es s

5/09

Tengo miedo a no ser lo que la gente espera; de no poder combatir el dolor humano, la tristeza, la humanidad en todas sus variantes, de sucumbir y rasgarme la piel.  Tengo miedo a ser la que hace daño.  Tengo miedo a ser remplazada, y  saboteo todo lo bonito que tengo para que ese sentimiento no me consuma primero, para ser yo la que acorrala, para ser yo la que deja, para ser yo la que remplaza; ir un paso por delante y fingir que no me he hecho daño al caer de la mentira. Pero sangro todo el rato y estoy perdida igual.