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Mostrando entradas de diciembre, 2021

TREGUA

Me pasa a menudo que la piel y la carne se me hacen ajenas. Se crea una brecha de todo lo que puedo hacer y todo lo que no quiero hacer por miedo a fallar, y se hace inmensa la caída cuando veo que todo está en mi cabeza; que todos los miedos se hacen bola y al final, como la nieve que llega en silencio, acabo como cuando era pequeña y quería calma: tendida en el suelo del baño, sobre una toalla, la puerta cerrada y el pequeño calefactor que siempre olía a quemado muy cerca; dejando a las polillas que me devoraran entera. Me regodeo en mi cielo melancólico y tengo que respirar hondo para salir de la cueva. Y quien no se ha rendido jamás a la idea de la cueva no llega a entenderlo nunca; el placer que da desaparecer, dejarse caer, desvanecerse.  A veces, cuando estoy ahí dentro entre la humedad y la oscuridad autoimpuesto, me veo incapaz de dejar ir la soga que me aprieta el cuello y me deja sin aire más de lo que me gustaría, dejándome inmóvil e inútil.  A veces, cuando estoy ahí dentr

NO ME GUSTA DE MI

No me esperaba el turbulento cambio de raíces, el abandono intermitente. No me esperaba la rabia ni la decepción; y aquí están, haciéndome oscura y  recordándome todo lo que no me gusta de mí. Mi impaciencia y mi amarga necesidad de cariño, mi miedo a los planes a largo plazo y mi mala costumbre de hacerme morir de hambre cuando pierdo el control, el deseo insano de que se me vean los huesos y la mala relación que tengo con el sudor. No me gusta de mí mi orgullo, que me atrapa y me hace entrar en bucle. No me gusta de mí la rabia que acumulo y la ligereza que tengo para hacer daño con las palabras.  No me gustan de mi muchas cosas.  Y va también de eso. 
En algún sitió leí que no debíamos mendigar el amor; y se me remueve todo un poco por dentro, como si alguien estuviera cambiando los muebles de sitio y por accidente hubieran dejado libre a las polillas. 

ARREL

Me he criado a través de diferentes ventanas con vistas al interior. Tenía pedazos de cielo que en los días de lluvia me hacían sentir parte de la tormenta. He crecido sin bandera, ni nación, ni imno ni arrel. He crecido sin tribu ni cadenas de carne. Cuando tengo que desprenderme me desprendo, y cuando tengo que alejarme me alejo. Pero a veces, después de ver mi falta de hogar, quiero aferrarme y quiero sentirme parte de algo.  He aprendido a correr sin saber que estaba corriendo; he imitado la acción individual de salir huyendo y gestionar la despedida una vez ya estoy lejos. He aprendido a romper cadenas y condenarme nómada, pirata o cuenta cuentos.   Me crié con una nómada que por amor movía su cuerpo y alma al vacío, a la aventura o a la posibilidad de tener un pie en cada lado de la idea de hogar. Me crié con una nómada que me enseñó a ser libre, a quemarlo todo, a dudarlo todo, a salir corriendo con los ojos abiertos. 

CAJAS

Otra vez mi habitación se hace testigo de libretas llenas de polvo guardándose en cajas de cartón. Se apilonan delante del espejo y escribo con un subrayador rosa fosforito: “Libros”. Los cuadros y dibujos, las fotografías y rosas secas, pierden su lugar en la pared y se unen a todo lo demás. La habitación se hace, poco a poco, ajena. La esencia soy yo, y si yo me voy, esta solo es un conjunto de cuatro paredes que una vez tuvo plantas colgando y velas encendidas con olor a frambuesa. Otra vez mi concepto de hogar se hace pequeño. Otra vez lleno cajas con mis recuerdos, con lo poco que tengo porque así he decido que sea a lo largo de los años. Me vuelvo a reencontrar con la cinta aislante y me vuelvo experta en cortarla con los dientes. La estantería está vacía y pienso en si quitar o no las fotografías colgadas con celo en las puertas del armario. ¿Demasiado pronto? ¿Conservo el aroma a hogar, a propio, a mío, a habitación de Alba ¸ un poco más, o las quito ya y me desprendo del tod

SALIR VOLANDO

A veces, cuando veo reflejada en los demás la libertad que yo tengo guardada muy en el fondo de mi, me asusto y me entra la inquietud. Siento rechazo y me escudo. Y no es que no sea bella esa libertad, pero si ellos lo tienen tan fácil como yo para desprenderse, ¿Qué les hará no alejarse de mi? ¿Qué les hará querer estar conmigo si pueden salir corriendo, como he estado haciendo yo durante años?  Veo esa ligereza; ese viento en sus ojos, y pienso que es lo mismo que tengo yo; que es lo mismo que tengo yo en lo más profundo de mi; que es lo que tengo yo que me ayuda a no sentir dolor cuando me alejo, cuando me tengo que alejar o cuando me alejan. Es ese preciso viento el que me hace salir corriendo sin darme cuenta que me he puesto a correr; es ese mismo viento el que, como el ronroneo de un gato, me susurra que quiero las emociones del otro pero por encima de todo quiero la libertad de salir volando. Es ese preciso viento el que me embriaga con mariposas y sonrisas tontas, y es ese mis

QUÈ M'AGRADA DE MI (?)

Què m'agrada de mi mateixa? M'agraden els meus ulls color de mar, els meus cabells rebels. M'agrada com faig l'amor i com aprenc a posar límits. M'agraden els plecs que fan les meves cuixes i la corba de vespa que fa la meva cintura. M'agrada com moc les mans mentre parlo i que mostri, sense adonar-me'n, si alguna cosa m'agrada o no a través de les meves expressions facials. M'agraden les meves manies i els sorollets i queixes que faig quan em llevo; m'agrada la meva pell suau i el meu riure. M'agrada el meu desordre, el meu sentit de l'humor i les meves pigues amagades.  Què m'agrada de mi? No m'ho havien preguntat mai, això, a les 5 de la matinada. I a tu, què que t'agrada de tu?
A veces en el mercado de la carne se encuentran perlitas.