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Mostrando entradas de diciembre, 2020

IRRACIONAL

Nunca pensé que amar y dejarse amar fuera una tarea tan compleja. Lo había aprendido en los libros que leía y en las películas que miraba, lo deseaba y lo anhelaba; pero nadie me dijo que me habían impuesto el deseo y negado la realidad. El otro día mi compañero de piso, en un momento de vulnerabilidad en el que sentí que se había abierto a mí de manera muy tierna, me preguntó en qué estado de amor me encontraba en mi relación. Dejando de lado lo que he estado persiguiendo durante todo esto tiempo: la utopía del amor y los príncipes azules; le dije que yo ya no veía el amor de la misma manera. Le mentí, o por lo menos, le dije la verdad a medias. Le mentí porque una parte de mi sabía que no sentía aquella pasión irracional del amor en la actualidad, aquella parte salvaje que te hace sentir el temblor cuando te desligas de todo y te lanzas sin mirar; y le dije la verdad porque aquella pasión me había consumido por dentro en el pasado, me había perdía a mí misma amando con tanta fuerz
Al lado de mi casa hay un instituto. Y me resulta extraño pensar que hay gente que ha nacido, crecido e ido a la escuela en Barcelona. Me resulta extraño que esas calles que yo ahora contemplo por primera vez sean las de toda la vida para ellxs y que se conozcan los bares, las tiendas más baratas, los atajos, las plazas, como la palma de su mano. Me resulta extraño. Porque yo sigo saliendo por el balcón y sorprendiéndome de vivir donde estoy viviendo, de ver el sol ponerse con esos colores tan intensos, de ver el Tibidabo iluminarse cada noche, de tener una habitación con puertas de esas antiguas y de llenar el salón de plantas. 

TENGO GANAS

A veces se me olvida lo frágil que soy y lo mala que puedo llegar a ser. A veces la cama se convierte en guarida y no quiero salir; no quiero dejar de estar calentita debajo del edredón y no quiero enfrentarme a todas las cosas que no me gustan cuando me miro al espejo o cuando me veo en los ojos de la gente o cuando siento que me estoy desviando del camino. Soy consciente de la suerte que tengo de un día decidir que me quedo encerrada en mi pequeña cueva a la que se le ha fundido la luz principal, pero eso no me hace sentir mejor.  Y he estado pensando y me apetecen fideos, gyozas, un donut ; me apetecen anillos nuevos, tejanos acampanados, más tatuajes y follar; me apetece dormir todo el día, tener ganas de hacer ejercicio, salir a dar una vuelta; tengo ganas de claveles, margaritas y amapolas; de que me crezca aún más el cabello y oler siempre a perfume. Tengo ganas de pasear por Barcelona de noche, y asumir que las luces de Navidad son preciosas e innecesarias al mismo tiempo. Teng

CASCABEL

Suena como un cascabel. Se me hinchan las manos si no toco el papel, me estremezco y reviento de ira.  El fuego se vuelve ceniza, y he fumado hasta perderme. Y ahora me encuentro en esta montaña rusa que insiste en sorprenderme y hacerme caer. Y he bebido y comido del pecado y ahora me arrepiento con los ojos cerrados. Suéltame que ya he volado, o bésame hasta que la piel se haga hueso; bésame hasta que desaparezca el miedo, o quédate cerca, o vete lejos.  Suena como un cascabel; la serpiente.