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Mostrando entradas de noviembre, 2020

ESPECIAL

Ayer me dio un pequeño ataque de ansiedad; tenía la sensación de que mi propia carne, mi propia piel, me acabaría devorando poco a poco hasta dejarme sin nada y que el corazón me pesaba y le costaba respirar. Me entraba aire a los pulmones pero parecía una simulación. Pensé en la idea de mi misma de pequeña considerándome especial por creer que era la única que podía ver las nubes moverse, en como creía ser la única que podía notar la rotación de la tierra al mirar hacía arriba...  Ayer no me sentí especial; ayer me sentí pequeña y llena de miedo. Me fui quitando prendas de ropa porque todo parecía pesar demasiado, y acabé en bragas mirándome fijamente en el espejo, controlando la respiración y buscándome en el reflejo. Esta noche he tenido una pesadilla y a las siete en punto estaba despierta notando todo el malestar recorriéndome el cuerpo y toda la cabeza llena de imágenes que ahora no recuerdo, y no me he sentido especial, ni pequeña, ni adulta. 

MAYOR EMOCIÓN QUE ESTA

Se me deshacen los ojos y los oídos. Intento que todo se mantenga en su sitio pero el suelo tiembla con ganas de romperse y yo al final he decidido dejarme mecer por el sonido de las grietas haciéndose camino. Suena el piano de fondo y se la ve a ella cerrando los ojos y dejándose hacer el amor con la música; la paz en su piel es tan grande que se me contagia y aprendo a disfrutar aunque todo se desmorone.  Y su voz es dolor y ternura al mismo tiempo, y me hace viajar lejos manteniendo los pies en el suelo.  Y ella tararea y se hace eco y me revienta el pecho, y recuerdo que tengo un examen mañana pero es que no  hay mayor emoción que esta, ahora, ser vecina de artistas.  El mundo de aquí dentro, el mío, bajo lo que duda de todo y se hace pequeño, está intentando mantenerse con vida, y su voz es un mar en calma que en cualquier momento me cubrirá los cabellos de tormenta, y me dejaré nadar y me dejaré cuidar un ratito más. Me dejaré empapar por su sonrisa y sus mil y una palabras por m

ODA

Te declaro mi amor cómo lo hace el caballo cuando pisa el suelo, con fuerza pero que parece que vuela. Y me rindo a que mi vida ya no es solo mía y que te quiero cerca. Que te quiero cerca mientras navegas y mientras se te tiñe el sueño de sal. Que te quiero cerca para protegerte cuando se te nuble la perspectiva, que a veces cariño se te va el cielo al Santo y te confundes; que no, que nunca serás solo aquello que te dicen, ni aquello que te hiere, ni aquello que vives con los ojos medio cerrados. Siempre serás mucho más. Yo te presto mis ojos cuando los tuyos duelan.  Déjame ser tu viento, prometo no subirte la falda sin tu permiso a no ser que me lo pidas a gritos, y prometo llorar contigo mientras llores. Prometo cuidarte y dejar que me cuides; las lagrimas, el dolor, el recuerdo, la historia. Te declaró mi amor a millones de kilómetros de distancia, y aunque Argentina se quede lejos yo estaré aquí esperando a que me sonrías como lo haces siempre que has tenido un buen día.  Déjame