ME ROMPES

Me rompes. Me rompes cada hueso, cada trozo de carne, cada grieta de piel.
Me rompes. Me rompes las ganas de sonreír, de reír. Me rompes cada vez que hablo.
Me rompes. Una y otra vez. La idea de la juventud contigo era tan clara al principio, pero pienso con melancolía en todo aquello que te di, y que tu a pesar de saberlo, no me devolviste.
O escoges la ignorancia o se te da muy bien ignorar sin querer.
¿Por qué tengo yo que fingir mi bienestar? Mírame. Me conoces. Sabes que mis ojos son incapaces de mentir. No quiero romperte. ¿No lo ves? La mentira me acerca más a tu bienestar. Pero tu sigues creyéndote mis mentiras.

Me rompes. Me sacas lágrimas indeseadas, me haces temblar en un mar de preguntas que no puedo responder. No puedo responder.

La primera mirada. El primer beso... ahora se me hacen cortos... secos... el egoísmo se ha apoderado de mi. Me dijiste que nunca volverías a dejar que me sintiera así. No cumples tus promesas conmigo. No te fijas en mis heridas. No te preocupas por mis cicatrices.

¿Cómo puedo fingir más que la llama sigue encendida si tu no haces nada para que mi corazón siga palpitando por ti?

Mi corazón se rompe... Me rompo... pero siempre hay una excusa que impide poder gritarnos.
No se como hacerlo. No se como mirarte y ver ese futuro del que hablas. Quiero hacerlo. Dios... no quiero dejar de mirarte nunca, de acunar tu cuerpo con el mío y hacer el amor con nuestras mentes. No quiero dejar de escuchar esas palabras que me susurras al oído.
No quiero dejar de ser joven contigo. No quiero que el tiempo se detenga; quiero vivirlo todo contigo.

Pero no hay flores en tus manos. No hay piedad en mi cabeza. Quiero salir de esta habitación.
Quiero que llegue el verano.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Aprendo (a veces)

DOMINARME