PRETENCIOSA

A veces me siento estúpida.
Recuerdo que caí en la depresión, melancolía o tristeza infinita -como prefiráis llamarlo- porque creí haber dicho algo totalmente estúpido delante de mis compañeros de escuela. Me sentí totalmente idiota. Puede parecer una razón absurda, pero yo vivía para los demás en aquella época, y todo era inmensamente importante en mi cabeza.
Ya que no me veían atractiva, me propuse ser divertida y positiva para los demás; alguien con quien pudieran desahogarse, alguien a quien primero amarain y después abandonarían a la velocidad de un rayo.

Mi padre me llamo al final de aquella semana; semana en la que las palabras no me salían de la boca porque no tenía nada relevante que decir, que me ardía la cabeza de ira por lo estúpida que era, y donde las lágrimas salieron por primera vez despues de tanto tiempo.
Me confesó que él también tenía momentos melancólicos, que tal vez, por desgracia, yo había heredado.
Yo simplemente creo que me rompi al mismo tiempo que se  rompio el mundo, y ahora intento encontrar la cinta aislante con la que unir los pedazos.

Es duro saber que has hecho algo mal.
Te has dejado en ridículo y ahora todos aquellos que te rodean saben y conocen el resultado de tu miedo.
Nunca he querido demostrarle a la gente que tengo miedo, que sufro, que me importan las cosas... pero tengo los ojos demasiado claro, y ahora tengo a personas que se quieren dar cuenta.

Aunque suene pretencioso, atrevido diría más bien, me siento el mar. Siento, a veces, que soy una tormenta de verano.  Una tormenta de verano porque soy algo inesperado, algo que la gente no planea, que frustra, queenfda, que molesta, pero que al mismo tiempo espera. Si, suena pretencioso cuando lo pienso y leo de nuevo, pero no hago ningún mal en sentirme poderosa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Aprendo (a veces)

DOMINARME