SENCILLO

Hay una estanteria en mi habitación. Es de madera barnizada y lleva conmigo desde hace bastantes años. Ella me guarda los libros que durante mi infancia y adolescencia he ido leyendo o guardando para leerlos.
Es alargada y delgada y se tambalea con facilidad. Se debe de haber leido todas las historias que mis libros guardan. Accion, fantasia, ficción, romance, realidad, dolor, pena.
Se debe de haber leido también mi primera novela de fantasia, la que escribi en apenas una semana y tiene tantas cosas por corregir.
También hay una silla; esta al lado de la minuscula libreria de madera barnizada y es la que me guarda todo aquello que no tiene lugar. Todxs tenemos una silla como esa.
Esta silla es de madera también, pero esta al natural; ella respira. En esta silla a veces hay de todo, y a veces no hay nada. En esa silla descargo el peso de mi día y dejo reposar lo que no necesito. Nunca se queja; solo recibe mi pesadez, la guarda, la convierte y me la devuelve al empezar un nuevo día.

En mi habitación hay un escritorio que no uso nunca. Como la silla, la mesa sostiene todo aquello que no se donde poner. Es bonita, sencilla, pero inutil.
En frente esta mi grande y blanca cama. Esta cubierta con un edredon vestido con flores rosadas y sabanas blancas. Tengo muchos cojines porque adoro dormir rodeada de ellos, me hacen sentir acogida, evadida del mundo, escondida en una cueva. Esta cama ha hecho el amor conmigo y con mi pareja, ha estudiado conmigo y ha leido los mismo libros que yo, libros que ahora mi estanteria guarda con amor. Esta cama ha visto las mismas imagines que yo al soñar, ha vivido conmigo mis lágrimas, y las ha recogido, para que no se perdieran. No se como decirle que no hace falta que las guarde, que simpre habra más, y que hay que dejarlas marchar.
En mi cuarto hay una muchacha que mira con curiosidad su portatil. Tiene los cabellos cortos porque al morir su abuelo decidio cortar por lo sano y volver a empezar.
Lleva una sudadera verde que le regalo su novio, sin nada debajo; y unos pantalones de pijama rojos con caramelos dibujados. A pesar de tener que estudiar y leer, esta escribiendo todo aquello que le pasa por la cabeza. Sus dedos, largos y delgados, con sus uñas largas y pintadas de granate, se deslizan por las teclas y piensan en menos de un segundo que deben de teclear.
Esta muchacha parece tristste, confudida, aspera. Pero al mismo tiempo tiene ojos felices y labios gastados y por gastar. Tiene sonrisa bonita y ojos claros, como el cielo, como el mar. Se compara con la tormenta.
Vive en ese cuarto, en ese piso, en esa ciudad, en ese pais, en ese continente, en ese mundo, en ese planeta. Y es una chica sencilla, explosiva, creativa, solitaria, romantica, reservada, extrovertida. Vive a la expectativa de las cosas bonitas, y deja sus tristezas en la silla y en la mesa que reposan con amor en una esquina.


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