DESCONOCIDXS

Ya no duermes a mi lado. Este colchón es demasiado grande. ¿Te has dado cuenta? Antes dormíamos en esa pequeña cama en tu piso compartido, abrazados, unidos por el límite del espacio, pero no forzados, nunca forzados. Tu cuerpo caliente me abrazaba como una manta todas las noches, o simplemente me dejaba abrazarte.
¿Te has dado cuenta? Ya no me tocas como antes, ya no me pones el cabello tras la oreja de esa manera tan sexy que hacia sentirme completamente atraída por ti; ni me besas los hombros cuando te acercas abrazándome por detrás, por el simple placer de protegerme.
Ya no me miras a los ojos y ves el océano, ya no te pillo observando la curva de mi sonrisa o la finura de mi piel. Ya no quieres leer conmigo en la terraza. Ya no me besas en la frente, no me das los buenos días ni las buenas noches. Ya no me miras.
¿No te das cuenta? Ya no quieres besarme, ni taparme con la manta cuando me quedo dormida en el sofá mientras yo entre cierro los ojos y sonrío por lo bajo, amándote tanto por esos maravillosos detalles.
No te das cuenta... Porque ya no me amas, compartes conmigo tu cuerpo, tu calor, tu latido, pero no me amas. He dejado de ser imprensindible en tu vida, y no te das cuenta porque amas la rutina.

Y aquí estoy ahora, casualmente sentada a tu lado en el metro, porque así lo ha decidido el destino, y somos dos desconocidos que un día amamos el cuerpo del otro y acogimos su alma.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Aprendo (a veces)

DOMINARME