El olor de tu cuerpo me ha transportado al pasado. Quería sacarte la ropa y lamerte la piel; probar, una vez más y tal vez la última, el palpitar de tu fuerza.
Me has devuelto la pasión y la poesía.
Tu cuerpo familiar y cálido, que siempre me ha aportado paz, ha sentido puro deseo por ti. Y parar, y llorar, acabaron siendo lo mismo.
Animal desbocado al saber de tu sudor, al poderlo rozar con la yema de mis dedos; poder poseerlo como antes. Y tu mirada excitada, llena de amor mirándome como siempre; ha causado que mi fuerza se quiera ir. Pero dudo que tu amor siga siendo ese amor, tal vez ahora es solo el amor anheloso de mi recuerdo.
Y es que dormiría contigo ahora y mañana, y te querría mamañana y hoy, pero mi cuerpo solo hecha de menos tu cuerpo, tu risa, tu sonrisa y tú calidez.
Y me he dado cuenta de cuanto me va a costar amar otros labios al haber caido en el vunerable moment de besar a otros labios, y me he roto... porque los tuyos me siguen rondando.
Y olvidarme de ti de todas las maneras posibles es la única solución, porque ya no me merezco nada ni a nadie. Egoista que soy; mala que soy; idiota que soy.
Estoy podrida por dentro. Estoy muerta. Ya nada tiene sentido. Ni escribir; porque ya todo me suena a lo mismo; me aburren mi spalabras; me aburre la vida y me aburre mi día a día; y me he convertido en algo extraño, llena de perdición.
Quiero desaparecer. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Aprendo (a veces)

DOMINARME