NO DESAPAREZCAS

Hace demasiados días que la Tormenta no sonríe. No sonríe porque no hay tiempo en este mar para hacer lo que las olas hacen cuando la Luna despierta.
Pero a veces hay estrellas, ya muertas, que hacen pensar a la Tormenta, a la lluvia, a los truenos, que esa es la más grande belleza que haya visto jamas: el cielo.
Y sonríe. Y se calma. Su tormenta se calma y torna a salpicadura divertida para todxs aquellxs que disfrutan amando o recordando momentos de amor.
Su tormenta se calma pero nunca duerme, y mira a las estrellas cada madrugada con anhelo y nostalgia, y reza porque vuelvan a aparecer. Reza como lo hacen lxs enamoradxs en su orilla para que la noche no se acabe nunca.
Mira la Tormenta al náufrago en su cuna y lo quiere abrazar... y lo ahoga. Y mira al cielo y reza y reza y vuelve a llorar. Suplica presencia de la estrella que alguna vez la hizo soñar, y ruega:
"No desaparezcas".
Y la estrella, que solo guarda ternura y es aquel recuerdo guardado en su luz, lejano, se acurruca a las rocas y contesta:
"Tranquila, tengo intención de seguir exitiendo"

Y la Tormenta sonríe.

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