ROSA

Nos ponen nombre. Nos ponen cara. Nos ponen color de pelo, color de ojos, color de piel. Dicen que nos gusta jugar con muñecxs, o con coches; o a la construcción. Se imaginan el sonido de nuestra risa; de nuestra voz. Ven nuestras lágrimas si ellos lloran; ven nuestra ternura si necesitan amor. Si se sienten solxs nos llaman y vamos a salvarlxs.
Nos ponen ropa. Nos adjudican aficiones, gustos, carácter. Deciden si estamos enamoradxs de alguien; si podemos amar. Saben nuestra edad. Ven nuestra altura, nuestro peso. A veces somos mayores o menores que ellxs, pero normlamente tenemos su misma edad y compartimos recuerdos para que así no se sientan solxs; para que así puedan compartir su mundo con alguien. Con nosotrxs.
Solo nos ven ellxs pero no nos esconden. No al principio. Todo el mundo sabe que existimos; pero nadie nos ve. Se olvidan.

Pero realmete no existimos, ¿No?. No donde podriamos existir. Somos una imagen; una idea; un pasatiempo. Una salvación.
Somos la esperanza de algun niñx perdido que se siente demasiado suyo, inmerso en su caos, que no conoce la amistad por que nadie ha llegado a llenarlxs del todo.
Somos esa ternura que les falta, esx amigx que querrian tener; que les acompaña, que les guia, que les da consejos que ellxs ya han pensado antes de ponerlos en nuestra boca. Lo que quieren oir. Lo que quieren ser; eso somos nosotrxs.

Yo era Rosa. Amiga imaginaria de Alba. Alba ya no me recuerda: ni el color de mi piel, de mis ojos, de mi pelo. No recuerda mi altura ni mi peso. No recuerda mi sonrisa. Pero esta bien.
Recuerda mi nombre; y tal vez, como ella sabia cuando me hablaba, pueda escribir sobre mi en alguna de sus páginas.

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