EL DOLOR ESTÁ EN LA VOZ


El dolor está en la voz. La decepción y la tristeza se encuentran en la manera de hablar de las personas; en la manera que tienen -tenemos- de herir a otrxs.

Cuando amamos es peor aún, ya que engrandecemos la tonalidad y la intensidad del daño – a veces sin motivo -. Y por eso algunas personas evitan el amor; evitando así ser dañadxs innecesariamente y engañadxs por el demonio del drama. Pero es inevitable caer en la tentación del enamoramiento, dejarse invadir por las mariposas.

Quien más nos ama y a quien más amamos es, por consecuencia, quien tiene más poder para herirnos. Puede que no lo intente, que ni siquiera se dé cuenta; pero puede hacerlo: cuando habla, cuando dice, cuando calla, cuando mira, cuando deja de mirarte.

El dolor se encuentra en todo lo que aquella persona puede hacerte sin saberlo. Pero lo peor es cuando lo saben. 

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