IR A PARIS CON EL MAR A MI LADO

Siempre has sido sal; que se me pega, que no se me quita, que me besa y que me excita.

Siempre has sido redundancia de mis sentidos y altavoz en mi boca susurrándome palabras de amor.
Siempre has sido sal; que se esconde, que navega por mis caderas y se enrolla en mis labios siempre agrietados.

Siempre has sido sal diurna, de esa que de ojos oscuros tira de mis mantas y le das los buenos días al sol, mientras yo duermo, repitiéndote que soy más de lo otro, de nocturna.
Siempre has sido sal; que me devora, que me hace llegar al cielo con una sonrisa; que no me deja dormir, que tapa la luz con una manta azul.

Siempre has sido algo salado en mi corazón. Sal que se me  pega, que no se me quieta, que me besa y que me excita con solo una caricia.

Siempre has sido sal que se revuelve entre ola y ola y me canta que es mar, que es brisa, que es puesta de sol y que sigue en mis zapatos cuando el mar dulce me lava.

Siempre has sido sal... y por alguna razón que medito mientas te pienso, Paris te sentaría muy bien.




P.D.: Quiero ir a Paris contigo, ganar todo un día haciendo el amor sin salir de la habitación e intentar subir a la Torre Eiffel.

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