GRITARÍA


No sé cómo hacer que mis palabras duelan menos, que mi dolor duela menos; que mi alma duela menos.  
No sé cómo desprenderme de esta pena, tristeza, melancolía infinita que me hace retroceder cuando parece que estoy avanzando.
Como si mi camino estuviera marcado por el dolor de otrxs, por llanto, males de cabeza y pecho comprimido por todo aquello que tengo que decir pero que no sé por donde empezar.


Y es que no sé por donde empezar... ¿Cómo empiezas aquello que no tiene principio y que no parece tener final...? Algo tan simple como la tristeza que me hunde y la pena que me ahoga en mi misma.

Intento nadar, de verdad que lo intento, pero aquí estoy, hundiéndome en cualquier pequeña ruina que rompe el muro de piel que me había construido años atrás.
Aquí estoy, maldiciendo a algo, a alguien, a mi misma. Viviendo algo extraño y durmiendo a regañadientes.

Aquí estoy, queriendo soledad y dudando del amor. Culpándome de todo, asfixiando al alma que con tanta paciencia me guarda la fe. Aquí estoy perdida, ansiando lluvia, oliendo mar y queriendo ser Verano. Aquí estoy con ganas de llorar pero con garganta orgullosa que no se quiere soltar de mi.
Aquí estoy explicándolo todo; justificándolo todo, reprimiéndolo todo. 

Y es que gritaría hasta quedarme sin voz y hasta dejar sin oído a otrxs. Gritaría hasta romper mareas y hacer parar la lluvia, intimidar al trueno, querer la paz.  

Gritaría hasta quedarme seca de lágrimas; hasta quedarme vacía de dolor.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Aprendo (a veces)

DOMINARME