SOBREVIVIR

Estoy cansada de sobrevivir; de dar a la vida una vuelta una y otra vez y perder el camino en el que con tanta ansia estoy intentando hacer raíz.
                
           Estoy deseando el caos, pero cuando llega me asusto y vuelvo a ser niña que te mira de lejos apretando el puño, con rabia y angustia de no saber qué hacer, de querer gritarte y decir: “Ponte en pie de una vez”. Y te pones en pie, pero con tus reglas, luchando para sobrevivir, conmigo a cuestas, contándome tus penas, llorando con la puerta abierta…
                
Y mis ojos de infanta te observan y piensan que aunque la hija soy yo tu eres más mí hija que mí madre, y que dejarte sola sería otra forma de perder, de tener que sobrevivir de nuevo en esta selva que no perdona a nadie. Así que te sigo a todas partes y me olvido de mí, me acerco a ti a contracorriente, odiándolo todo en silencio y con la vergüenza de mirarte a los ojos; refugiándome en tu memoria cuando hace frío y deseando verano sin ti.

Estoy cansada de sobrevivir, de sentir esta lealtad tan fuerte que quiere despedirse de ti y hacer su camino. Estoy con las ganas de decirte “me voy de casa”, “nos vemos el domingo”, “si, puedes venir”, “te echo de menos”, “¿Vienes y hacemos un café?”. 
Tengo ganas de quererte más pero protegerte menos. 




Estoy cansada de sobrevivir; pero somos supervivientes. 



Comentarios

Entradas populares de este blog

Aprendo (a veces)

DOMINARME