EL TEMPLO

Y si mi cuerpo, si mi vagina, es un templo, tú tienes que ser un monje que al entrar en mí se saca los zapatos y se lava los pies. Tienes que entrar en silencio, con pausa, a oscuras, y buscar a Dios. Tienes que entender el privilegio que tienes por estar dentro de mí. Por estar dentro de mi templo, que he bendecido como sagrado y no tiene opción de ir marcha atrás.  

Tienes que ser cómo un monje y cerrar los ojos al tenerme. Cómo un gato, de paso lento y cuerpo tranquilo; y quedarte quieto, rezándome; entendiendo la suerte que tienes de poder sentir paz dentro de mí.

Paz y calma, eso quiero parade mí. Besos y caricias; a mi piel hacerla sentir Diosa.

Te ofrezco un refugió donde estar y un alma que te puede abrazar, dar hogar. Tienes que entender lo sagrado que es.
Y si mi cuerpo, mi vagina, es un templo, tú tienes que ser manos agradecidas y flor que quiere crecer. Porque no abro las puertas para todo el mundo; porque romperme es fácil pero hacerme el amor es una prueba de fe.

              Y no banalizaras mi sexo, mi cuerpo, mi ritmo. No banalizaras mi suspiro, ni mi tiempo, ni mi pausa. No banalizaras mi alma, ni mi amor, ni mi templo. Porque siento el dolor, la prisa, las ganas, las faltas, el amor, la tristeza y el perdón. Lo siento todo. Y me pido perdón por no haber escuchado suficiente; me pido perdón por obligar, por forzar, por no darme tiempo ni agua con la que limpiarme los pies.
No banalizaras mi llanto, ni mi pasión, ni mi deseo ni mis ganas de despegar directa al espació y volver a la tierra.

               No banalizaras lo sagrado que es. No lo harás. No lo haces. 


Porque mi vagina es un templo, y merezco ser tratada con respeto. 









P.D.: Para todas las mujeres que no se consideran templos sagrados y para todos aquellos hombres que no se han convertido en monjes todavía. Daros amor escuchándoos el alma. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Aprendo (a veces)

DOMINARME