NO PODRÁS CONMIGO

Cuando la Tierra tembló mis manos temblaron con ella. Y mi sangre se hizo más espesa y mi corazón te miro pidiendo consuelo.


               Cuando el Mar quiso hundirnos solo pude que anclarme bajo tus pies y rezarle al ángel más próximo que si el agua me engullía que me engullera entera, que no dejara sombra ni mal ni envidia. Que se me tragara toda con todo puesto.

Cuando el Sol quiso quemarnos la piel yo di mi cuerpo en venta al Cielo y me dejé hacer, como una nube, que va de lado a lado sin hacer ruido. Me dejé hacer cual animal marino que soy, me dejé mecer, y me dejé morir.

              Y cuando la Luna quiso hacernos ceniza me revelé cual Fénix y juré amor eterno al cielo nocturno y a las estrellas que tan poco a poco han ido desapareciendo.


Y cuando vengas tú a cobrarme seré ruina, sirena, trueno y memorias. Y no podrás conmigo.

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