BRUJAS

Me he dejado llevar tantas veces por tormentas que lloran mentiras que ahora cuando llueve estoy preparada para la huida, para salir corriendo. Y es que me han enseñado a correr, a desconfiar y a apretar los músculos y los dientes cuando se me acercan y me piden fuego. Me han educado para callar y para escuchar la voz del lobo que aúlla con más fuerza, con menos saber, y con más ganas por tener la razón. Y cuando hablé por primera vez me miraron de loca, y me condenaron bruja y por poco me queman en la hoguera. Pero me he hecho amiga del fuego y ahora ya no le temo a la antorcha. Abrí los ojos como hacen los búhos en la noche y me levanté del banquillo, ya que el partido necesita de mi escoba, y me revele, y corté lazos y me lancé a la tormenta, haciéndola mía. Dejé el temblor hacerse jauría, y cuando descifro cánticos de libertad se me pone la piel de gallina por todas las que ya no están.

Esta piel… que está partida pero no deja de luchar.

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