MATA

Este dos mil veinte ha sido un conjunto de fuego y lluvias que han pulido y quemado a la gente que habitaba las calles. La nombrada "normalidad" ha dado un vuelco, dicen, pero yo sigo viendo mierda en las calles; siguen habiendo niñes muertes de hambre en la otra punta del mundo y a la vuelta de la esquina de nuestras casas; sigue habiendo violencia policial contra gente no violenta, que solo vive y es perseguida, sigue habiendo feminicidios y siguen habiendo señoros blancos que se niegan a escucharse. La vida no ha salido de la normalidad, lo único que ha pasado es que toda nuestra atención la hemos concentrado en una sola cosa y ahora respiramos por el monotema mundial. Mundial... pero yo solo escucho noticias de mi Occidente.  

Es curioso como la gente se refiere al virus como a un "enemigo"; supongo que lo hacemos porque mata, y todo aquello que nos mate, a nosotres, hijes del Señor, no es digno de nuestro respeto. Pero la muerte siempre ha estado ahí, no solo para las personas blanca, y la gente sigue sin atreverse a hablar de ella. No es enemigo solo quien nos mata y no es humano, y sí es enemigo a su vez, todo lo que no nombramos como tal. 


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