CORAJE

Te he estado esperando; 
Pero no sé si seguiré esperándote pasada la madrugada. 
Se me están arrugando la yema de los dedos. 

Las olas no toman rehenes, 
y a mi con este nudo no me acogen. 
No sé qué hacer aquí tan sola entre peces de colores 
que se olvidaran de mi en cuanto les diga mi nombre. 
Me tiembla la voz mientras te espero. 
Las canciones me inspiran y escribo, 
te escribo. 

Por momentos creo volver a la madre, 
a aquel espacio encogido lleno de paz del que cuesta desprenderse. 
Pero al final salimos y al ver el mar agitado nos entran las dudas. 
Y ahora me dedico a esperarte y a luchar sin tu voz. 

Te he estado esperando, 
pero no sé si tendré la paciencia de seguir esperando cuando caiga la noche. 
Tráeme flores si al final vienes. Margaritas blancas.  
No se me hace fácil la tormenta entre dudas; 
todas hablan distintas pieles. 

Te espero y te he estado esperando, 
y se me ha hecho eterna la subida, 
pero mis cabellos buscan memoria salada y mis pies piden raíz. 
Piden raíz y lo hacen en voz alta. A gritos. 

Ahora espérame tu.
Que yo ya me he cansado de este banco frente al mar, 
que yo quiero tocar el fondo de mi, 
que yo quiero rendirme al deseo de no saber qué pasará; 
que me quiero rendir a su brillo y a su color, 
a su fuerza y al miedo que me da. 

Espérame tu. 


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