COSAS

A veces me miro al espejo durante un largo rato. 

He cambiado mucho. 

Parezco mayor, claramente. Me parezco a mi madre cuando era joven, y eso me gusta. 

Me ha crecido el cabello, y he aprendido que peinándolo después de ducharme me lo deja bonito cuando se seca. 

He cambiado pero me sigo reconociendo. 

Me veo más mayor, estoy diferente; sigo usando pendientes siempre antes de salir de casa, sigo usando gafas aunque ahora disfruto ir con lentillas; se me siguen cortando los labios cuando bajan las temperaturas y ponerles cremas parece irles peor. Sigo poniéndome un poco de rimel en las pestañas pero a veces salgo de casa sin nada en la cara. Me siguen saliendo puntos negros y se me enrojece la nariz por el frío. Sigo esperando el otoño, la lluvia y los días de invierno en los que ponerme bufanda y gorro y capas y capas que arropen mi cuerpo. Sigo insistiendo en hacerme agujeros en las orejas y estas siguen insistiendo en que no les va bien; así que estoy aprendiendo a rendirme a mi misma y a entender que hay cosas que simplemente no tienen que ser. 


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