Mi madre me acostumbró a buscar las palabras que no conocía en el diccionario

A lo largo de mi vida me he dado cuenta de que soy una persona con capacidad para generar teorías que me mantienen con los pies en el suelo. Algunas de ellas son que cuando estás dentro del agua no estás mojada, o que el moreno se te va yendo con cada ducha que te das, o que si te quemas (esta me daba mucho miedo de chiquita) y después se te pela la piel, tal vez se te pelan también las pecas. Teorías como que si duermes encima del edredón en verano sudas más, que si tiras aquello que no es tuyo al día siguiente te lo reclaman, teorías que dicen que después de una noche bailando o follando te despiertas siempre más guapa; teorías que dicen que en algún momento, sin darme yo cuenta y en contra de mi voluntad, la tinta de mis tatuajes se caerá a trozos de mi piel, y me quedaré desnuda. Teorías tales como que en primavera, cuando aparecen mariposas, dado a mi nombre [Alba], se me acercan porque quiere decir "un nuevo amanecer" (esta teoría en realidad es de mi madre, me la he apropiado. Aun así, sin estar muy segura de la relación que tienen ambos factores, siempre lo pienso cuando me vuelan cerca). 

    Teorías como que mirar álbumes de fotos cuando estás triste te pone de buen humor; teorías que dicen que el calor del verano se arregla (y se vive mejor) haciendo el amor. Teorías sin fundamento, pero que me mantienen despierta. Teorías que dicen que la gente joven tiene miedo a mirarse a los ojos, teorías duras que dicen que aquello que te dolió hizo, en parte, que seas la persona que eres ahora; teorías como que cuando me reprimo lo que quiero decir me pongo mala, o que hay canciones que cuestan de superar en el mismo grado que una ruptura. De pequeña tenía la teoría, y estaba convencida de ello, que era la única que podía ver las nubes en movimiento. 

Tengo teorías. Teorías varias. 



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