Soy y Tengo

Tengo mil maneras de verte, mil maneras de entenderte, mil maneras de escucharte. Tengo mil maneras de abrazarte y de tocarte bonito. Tengo el cuerpo que tengo, la mente que alimento y el corazón que me crece y un día me saldrá del pecho. 

Pero entre todo lo que tengo, no tengo el poder para tenerte, para retenerte, para encerrarte; eres como el esmalte de uñas que se desprende con agua caliente o como una planta que crece al ser rozada por el sol: creces hacia arriba y te olvidas (o prefieres olvidar) la tierra firme que te sostuvo en primer lugar. 

Soy el ulular del viento en esa cortina de tela. Soy el mandala abandonada en la habitación de mi ex. Soy las gafas de pasta negra de cuando tenía 15 años. Soy el cactus seco que intenta sobrevivir en el salón de mi docena casa. Soy el chocolate que no quería comer y acabé comiendo. Soy el olvido de alguien y la memoria infinita de mí... 

Soy la nada y el todo a la vez (tópicazo), soy nostalgia y soy una construcción en proceso de ascendente procrastinación. Soy una palabra al revés que entiendes cuando te pones al revés conmigo. 

En resumen, creo que soy un trozo de papel en forma de avión que cae y remonta el vuelo cuando nadie ve.

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