á n g e l e s

He visto ángeles; les he tocado y les he escuchado reír. He visto ángeles en esta tierra que llora; ángeles ardiendo, con la tierra bajo sus pies desnudos y sus ojos rotos. He visto ángeles bailando solos. He visto ángeles llorar y taparse la cara húmeda con sabanas usadas. He visto ángeles morir, pedir perdón y suplicar sin decir palabra. He visto ángeles cansados de luchar y he visto ángeles convertidos en demonios. 

Pero de entre todos los ángeles que he tenido el privilegio de conocer, nunca he conocido a ninguno que no tenga grietas, ni puntos aún por retirar. Todos tienen heridas en estado de alarma, a punto de sangrar.  Si les aprieto la herida gritan. Gritan, gritan, gritan. Pero todo por dentro. Todos siempre por dentro. 

De todos los ángeles que he visto no hay ninguno que sepa mirarse al espejo. No hay ninguno que no quiera ser amado ni amar; no hay ninguno que no sea perverso, malévolo o retorcido. No hay ninguno que no conciba su propia muerte. No hay ninguno que no piense en primera persona. De todos los ángeles que he conocido no hay ninguno que se parezca, no hay ninguno que no sufra, que no haya apaciguado dicho sufrimiento con una cerveza. No hay ningún ángel de todos los que he conocido que secretamente no quiera que le regalen flores, una sonrisa o una mirada descarada, compartida y consentida. 

He visto ángeles que con los dedos llenos de anillos hacen música mi corazón. Hay personas que son ángeles, pero puedo confirmar que todos los ángeles son personas

Comentarios

Entradas populares de este blog

Aprendo (a veces)

DOMINARME