marea

Me hace gracia que las lágrimas, al probarlas, estén saladas. Es como si realmente tuviéramos un océano dentro; como si realmente estuviéramos compuestxs de marea y a través de mis ojos se rompieran las olas. 

Si lloro y me saben los labios a sal empiezo a querer estar más cerca del mar, me quiero más pájaro surfeando la ventada y acabar en tu nido de rocas rugosas que se agrietan con cada palabra que se dice mal. 

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