OS (ME) QUIERO LIBRE

Cada día estoy más convencida de que el amor es dejar ir. Y ellas se van. Las personas que más amo en este mundo se van y se seguirán yendo. Yo me quedaré aquí de momento, en esta ciudad con montaña y mar, porque así siento que tiene que ser durante un tiempo, y de alguna manera también me voy y me construyo como algo nuevo. 

Nos separamos y será como vivir en una constante nostalgia cuando ya no pueda verlas cruzar los pasillos para ir a la cafetería, entrar en clase haciendo ruido o hablar de lo que saben haciéndose diosas en cada toma de aire. La monotonía y rutina que más he amado durante mi corta existencia dará un vuelco de 180 grados y se convertirá en otra cosa. Y es que yo nunca he odiado las rutinas. Siempre las he necesitado. Las nómadas, al menos las nómadas como yo, tenemos periodos de tiempo donde lo único que queremos hacer es construir raíz, hacernos fuertes en nuestra parcela de tierra húmeda y aprender a despegar de nuevo. 

Cada vez estoy más segura de que amar a alguien es amarles en libertad, verles volar, crecer y a veces entender que su camino no está o no estará siempre a tu lado. Con esta nueva etapa que ahora comienza me voy a estar dando con el canto en los dientes numerosas veces, y este es el mantra que he escogido: Os quiero y me quiero libre. Y si siento nostalgia por ellas me lo dejaré sentir, y si siento pena me la dejaré sentir, y si siento rabia me la dejaré sentir, y si siento ternura me la dejaré sentir, y si siento amor las llamaré. 


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